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Los gatos solían vivir en el desierto
Aunque los gatos domésticos se pueden encontrar en todo el mundo, los antepasados de tu gatito vivían exclusivamente en el desierto. Dado que los ríos o lagos son raros en regiones tan áridas, los gatos nunca tuvieron la necesidad de sentirse cómodos en el agua o desarrollar grandes habilidades para nadar. Los tigres, por otro lado, han estado viviendo en las selvas tropicales durante cientos de miles de años, lo que les ha permitido desarrollar un amor por el agua y habilidades asombrosas para nadar.
El agua lastra a los gatos
Los gatos tienen un pelaje denso que se vuelve muy pesado cuando se moja. Para empeorar las cosas, el pelaje tarda mucho en secarse, lo que obliga al gato a caminar con lo que sería el equivalente a ropa fría y empapada. Para un animal que pasa aproximadamente la mitad de sus horas de vigilia acicalando su pelaje, esto debe ser una absoluta pesadilla.
Experiencias negativas
Los gatos son curiosos y les encanta investigar su entorno. Cuando un gatito curioso se acerca demasiado al borde de la bañera y se zambulle, es posible que se sorprenda tanto que conserve este mal recuerdo por el resto de su vida. Como resultado, mamá gata sin duda mantendrá a sus gatitos alejados de la bañera, enseñándoles a una edad muy temprana que el agua es algo aterrador.
A algunos gatos les encanta nadar
Aunque la gran mayoría de los gatos odian nadar, físicamente son perfectamente capaces de hacerlo. Algunas razas de gatos tienen una textura de pelaje diferente, lo que les permite sentirse cómodos en el agua. El ejemplo más conocido es la raza de gato Van Turco, también llamado “gato nadador”. Otras razas de gatos que odian menos nadar son el gato de Bengala, el Maine Coon y el Abisinio.