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El hogar del gato de la selva
Los gatos de la selva pueden encontrarse en grandes regiones del sur y el sureste de Asia, así como en zonas más dispersas de Oriente Medio. Aunque este gatito salvaje puede prosperar en muchos lugares distintos, el gato de la selva no suele encontrarse en… bueno… ¡la selva! Este gato prefiere los humedales, como pantanos, praderas y matorrales, y se siente más cómodo cerca de los ríos, donde puede esconderse entre juncos y hierbas altas. Por eso al gato de la selva también se le conoce como «gato de los juncos» o «gato de los pantanos».
Bonitos colores de gatos
El gato de la selva tiene un pelaje jaspeado de color arena con el abdomen y el cuello más claros, aunque también existen casos de gatos negros y albinos. Los gatitos tienen un aspecto distinto al de los gatos de la selva adultos, ya que los pequeños nacen con rayas y manchas, y pueden conservar algunas de estas marcas cuando crecen, como anillos en las patas delanteras y en la cola de punta negra. Gracias a su color, patas largas, cola corta y orejas en forma de penacho, a veces se dice que el gato de la selva se parece a un lince de tamaño mediano.
Gatos que comen fruta
Aunque el gato de la selva es principalmente carnívoro, no le importa picar fruta, sobre todo en invierno, cuando la comida escasea. Cuando dispone de comida abundante, el gato de la selva prefiere los mamíferos pequeños, aunque también disfruta con los pájaros, los peces, las ranas, los insectos e incluso las serpientes pequeñas. Mientras que la mayoría de los gatos cazan al atardecer y al amanecer, o incluso de noche, el gato de la selva prefiere cazar de día. Para asegurarse su presa, este simpático cazador dispone de varias técnicas: suele acechar a su presa, seguida de un sprint, aunque también pueden saltar en el aire, trepar a los árboles, correr hasta 32 km/h, zambullirse en el agua para atrapar peces y nadar hasta 1,5 km para llegar a nuevos territorios.
Gatos que ladran
El gato de la selva es solitario por naturaleza y sólo buscará compañía durante la época de celo. Mientras busca pareja, el gato de la selva macho hace un ruido parecido al ladrido de un perro grande. Normalmente, sin embargo, los gatos de la selva se limitan a maullar, como los gatos domésticos, pero mucho más alto. Cuando se sienten amenazados, los gatos de la selva pueden soltar varios rugidos pequeños antes de atacar, lo cual es un comportamiento muy poco habitual en un gato de cualquier tamaño. Lo dicho: ¡el gato de la selva es realmente especial!