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Una pequeña clase de historia
Es difícil de creer, pero hasta hace 12.000 años no había gatos domésticos. La gente vivía vidas nómadas, y los únicos gatos que había eran salvajes y se mantenían alejados de los humanos. Todo esto cambió cuando las personas se establecieron por primera vez y comenzaron a cultivar en lugar de cazar y recolectar, lo que sucedió alrededor del año 10.000 a. C., en un área llamada Creciente Fértil. Esta antigua región cubre los actuales Irak, Siria, Líbano, Israel, Palestina, Jordania, el norte de Kuwait, el sureste de Turquía y el oeste de Irán. Es aquí donde los gatos salvajes (Felis silvestris lybica) fueron domesticados por primera vez.
Los gatos se domesticaron a sí mismos
A menudo se dice que los gatos se domesticaron a sí mismos cuando se acercaron por primera vez a los humanos, y no al revés. Alrededor del año 10.000 a. C., en la nueva sociedad agrícola del Creciente Fértil, los cereales y otros productos atraían a los roedores de forma natural. Los gatos monteses se beneficiaron y se acercaron a los asentamientos humanos para darse un festín con los ratones y las ratas. Obviamente, los granjeros dejaron en paz a los gatos monteses, ya que estos pequeños felinos proporcionaron un control de plagas gratuito. Con el tiempo, los gatos y los humanos se acostumbraron el uno al otro, lo que resultó en los adorables gatitos que conocemos hoy.
¡Barco a la vista!
A medida que la sociedad florecía, la gente comenzó a explorar nuevas regiones, utilizando un medio de transporte que podía transportar personas y cargas de mercancías: los barcos. Para evitar que los roedores se dieran un festín con las provisiones durante el viaje, los marineros llevaron gatos a bordo con ellos. Son estos viajes los que introdujeron por primera vez a los gatos domesticados en regiones fuera del Creciente Fértil. Toma la nación insular de Chipre como ejemplo. Originalmente, el país no tenía ningún gato, pero en el año 2500 a. C., los gatos de los barcos que se habían alejado habían convertido la isla en su hogar.
Egipcios, Romanos y Vikingos
Durante los siguientes milenios, los gatos se abrieron paso desde el Creciente Fértil hasta la actual Bulgaria, Rumania y Egipto. En el Antiguo Egipto, los felinos eran tan queridos que se los consideraba sagrados. Cualquiera que matara a un gato, accidentalmente o no, recibía la pena de muerte. Cuando los romanos y los vikingos llegaron a Egipto, los pequeños animales peludos también despertaron su interés. No por el estatus divino del animal, sino por las habilidades de caza de roedores de los gatos.
Dominación mundial
Como los romanos y los vikingos tenían una inmensa cantidad de poder en Europa, los gatos domésticos se extendieron rápidamente por todo el continente y más allá. En la Edad Media, los gatos acompañaban a los mercaderes en largos viajes a regiones lejanas como el Lejano Oriente. Como resultado, Asia y África conocieron el encanto de los gatos domésticos. En el siglo XV, cuando los exploradores europeos se aventuraron a las Américas, los gatos se habían vuelto extremadamente comunes a bordo de los barcos. En poco tiempo, nuestros pequeños felinos peludos hicieron del norte, centro y sur de América su hogar. Hoy en día, solo hay un continente que no tiene gatos, que es la Antártida.